martes, 25 de septiembre de 2012

La Incomprensión de la Cultura



Muchos de los araucanos, en medio del uso frecuente del término cultura para referirse a algunas manifestaciones inmateriales que se presentan en nuestra cotidianidad han terminado en malentenderse con la definición de Folclor, formándose así un solo significado de dos palabras con significados interrelacionado pero opuestos en parte.
Para poder entender las diferencias y hacer claridad sobre los mismos, debemos tomar las definiciones que nos servirán como marco de referente para poder comprender la cultura y ver nuestra realidad como Arauca.


La Real Academia de la Lengua Española y Castellana, nuestro referente idiomático define la cultura “como conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un periodo determinado. El término ‘cultura’ engloba además modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistemas de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias. A través de la cultura se expresa el hombre, toma conciencia de sí mismo, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos significados y crea obras que le trascienden”; mientras el Folclor visto desde la sociología es visto como un “término general que abarca creencias, costumbres y conocimientos de cualquier cultura transmitidos por vía oral, por observación o por imitación. Este conjunto de material se conserva y transmite de generación en generación con constantes cambios según la memoria, la necesidad inmediata o el propósito del transmisor

Con base en lo anterior, debemos mirar que nuestro departamento tiene una base de cultura amplia, que ha sido reducida a un entendimiento reducido dentro del folclor, sentándose un precedente institucional en el cual se realza las tradiciones orales y musicales inmateriales por encima de otros términos relevantes dentro del desarrollo social de nuestras comunidades. La comunidad araucana, posee un desarrollo irregular del folclor y nulo en cultura, ya que si bien las tradiciones hacen parte del legado cultural eso no es la totalidad. La idiosincrasia de los pueblos, o su desarrollo en término de evolución social, debe entenderse como algo más global y general, en el cual se tenga en cuenta los constantes cambios e igualmente busque incentivas hacia el desarrollo de nuevas inventivas, es decir no volver atrás.
La cultura tiene aspectos generales que han sido relegados a un segundo plano en las dinámicas que median nuestra comunidad política araucana. Un Aspecto de la cultura que es el eje fundamental para todo desarrollo social y que nos permite avanzar en un desarrollo constante es la cultura ciudadana. La cultura ciudadana está enmarcada dentro del concepto de cultura organizacional, la cual a partir del concepto de cultura desarrolla una serie de postulados teóricos y pragmáticos que buscan caracterizar a un sujeto, una colectividad y a una comunidad en un proceso de relación y contacto permanente con un determinado territorio, propendiendo la construcción de valores y costumbres que permitan generar diversos tipos de manifestaciones como el folclor, el idioma, la gastronomía entre otras.
La cultura ciudadana, dentro de un marco específico está estrechamente relacionada a la cotidianidad y al desarrollo social, mediado por una serie de variables medibles y con unos objetivos específicos del conocimiento de una comunidad. Uno de los casos más cercanos para facilitar la comprensión, fue el proceso llevado por el profesor Antanas Mockus durante su administración como alcalde de Bogotá. Para muchos, el proceso de sufrió la capital de la República, tuvo muchas expresiones que sirvieron dentro del proceso de reeducación y consecución de valores de la ciudad. Esto ayudó a cambiar no solo el uso de herramientas visible el simple uso de las cebras, semáforos y espacios urbanos, sino que trascendió a los procesos de manejo de recursos públicos de la administración pública. Y partiendo de ese proceso de educación cívica y administrativa, se pudo rescatar tradiciones del folclor bogotano, que como resultado trajo su promoción y difusión más allá de los límites del Distrito Capital.

Arauca por su parte, ha dejado de lado la cultura ciudadana, relegando cada vez más nuestra cultura a espacios de interacción pobres a nivel región y nacional. Si bien hay unos resultados medibles, son a nivel administración que busca alcanzar unas metas dentro de un plan de desarrollo, pero que al final no trascienden a unos espacios como los dados en Bogotá, dónde hay un interés y un acompañamiento permanente no solo del gobierno nacional sino también por parte de la ciudadanía, existiendo así un sentido de pertenencia y la edificación hacia nuevos procesos de desarrollo cultural, social y cognitivo. Nuestra realidad supone una promoción al Folclor, que lejos de formar cultura e historia de nuestro pueblo, se ha convertido en un espacio de administrativo más que no genera nuevos desarrollos que nos proyecten como región a futuro.

La Cultura debe primar por encima del folclor y otras expresiones, ya que la cultura es su marco de referencia no solo teórico sino práctico. La cultura enmarca espacios más profundos del ser humano y lo lleva a poder establecer nuevas dimensiones humanas, entre las cuales está los estudios científicos, sociológicos y politológicos.

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