Dese pequeña se inclino por las manifestaciones culturales de la región, principalmente en la ejecución de instrumentos, baile del joropo y el canto. Participó en el XIX festival de música llanera Aruco de Oro que recientemente se realizó en el Municipio de Puerto Rondón, lugar donde demostró sus capacidades como toda una exponente del folclor llanero. Yulieth toco arpa, maracas, declamo un poema y bailó joropo de manera espectacular. Por su inigualable belleza y buen porte de reina, cautivo el corazón de los rondoneños que no dejaron de posar frente a las cámaras fotográficas para capturar la foto del recuerdo al lado de la hermosa sarareña. Es una mujer noble, sencilla, sociable, cariñosa, espontanea y por su naturalidad irradia amor y ternura. Expresa un profundo amor por las costumbres y tradiciones de su tierra; amante de la lectura y la disciplina deportiva. - La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral - dice Yulieth, con una mirada tierna y una sonrisa angelical con la que sella su actuación frente al jurado que la observa.
jueves, 20 de septiembre de 2012
Belleza y talento
Dese pequeña se inclino por las manifestaciones culturales de la región, principalmente en la ejecución de instrumentos, baile del joropo y el canto. Participó en el XIX festival de música llanera Aruco de Oro que recientemente se realizó en el Municipio de Puerto Rondón, lugar donde demostró sus capacidades como toda una exponente del folclor llanero. Yulieth toco arpa, maracas, declamo un poema y bailó joropo de manera espectacular. Por su inigualable belleza y buen porte de reina, cautivo el corazón de los rondoneños que no dejaron de posar frente a las cámaras fotográficas para capturar la foto del recuerdo al lado de la hermosa sarareña. Es una mujer noble, sencilla, sociable, cariñosa, espontanea y por su naturalidad irradia amor y ternura. Expresa un profundo amor por las costumbres y tradiciones de su tierra; amante de la lectura y la disciplina deportiva. - La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral - dice Yulieth, con una mirada tierna y una sonrisa angelical con la que sella su actuación frente al jurado que la observa.
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