Orlando Pico Sánchez, fue una persona emprendedora, paciente, dinámica, trabajadora, perseverante y con mucho deseo de superación en todos sus planes. Así lo demostró a lo largo de su vida empresarial, cuando inició labores a mediados de los 70 en su estadero el «conuco», ubicado en la calle 17 con carrera 25, barrio Santa Teresita, que años después pasó ser el «estadero tierras colombianas».
Fue uno de los primeros estaderos en establecerse de manera organizada en la ciudad de Arauca, donde se comercializaba la carne asada de cerdo y de res, durante los fines de semana. También se preparaba el mute santandereano y la lechona tolimense, plato con el cual el lugar se hizo famoso. Recordado además por el guarapo fuerte, bebida con la que se divertían los jugadores de tejo, minitejo, domino, sapo y rana.
Recorrió las sabanas araucanas realizando viajes en un camión 350 de su propiedad, junto a sus hijos Orlando y Oswaldo Pico, quienes se convirtieron expertos en el volante desde edad muy temprana. De vez en cuando lo acompañaba su hija Blanca Inés. Se sentía orgulloso de morar en la ciudad Arauca, pero por cosas del destino, un día abandonó la tierra que lo adopto como hijo verdadero y por la que Pico trabajo incansablemente. Hoy lo recordamos como un hombre visionario, ejemplo de superación, capaz vencer dificultades y de formar empresas. Siempre lo recordaremos don Orlando Pico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario