Todo comenzó finalizando el año 2009 cuando Laureano le dijo a su esposa
Alida Medina que había pasado la carta de renuncia de manera
irrevocable a la empresa donde se desempeñaba como vigilante porque
estaba cansado de las largas y pesadas noches sin acariciar un sueño y,
el trabajo cada vez le exigía mayor responsabilidad ante la racha
delincuencial que pululaba en los sectores vulnerables de la ciudad de
Arauca. La noticia sorprendió a su esposa, no porque se opusiera a la
renuncia –más bien, le resultaba inusual que renunciara por impulso y,
más aún, cuando se acercaba la temporada decembrina, época de festejos y
agasajos navideños en la que los gastos se ubican en primera fila.
Meses antes de su renuncia Laureano había entrado en una etapa de
reflexión acerca de su futuro laboral; notaba que el sueldo no le
alcanzaba para cubrir sus necesidades y las dolencias tanto físicas como
emocionales que se apoderaban de su cuerpo.
domingo, 15 de noviembre de 2020
Laureano Lopez, cambió los pesados turnos de vigilancia nocturna, por una empresa propia
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