miércoles, 3 de octubre de 2012

Maria Maria, una reina sin corona


Foto Ramón Gutiérrez





Solo la basto participar en unos pocos y aspirar el titulo de señorita Arauca para desencantarse del mundo de las pasarelas y los reinados. Aunque reconoce que le apasionan los grandes eventos folclóricos, y se considera una fiel exponente de la cultura llanera, sobre todo en la interpretación del baile del joropo, esta hermosa araucana asegura que la estrella del éxito no la ilumino en los certámenes donde se hizo partícipe.
Su corta carrera artística estuvo mediada por una estricta rutina y un pesado mundo de hipocresías que la llevaron a tomar drásticas medidas y replantear su futuro de una mejor manera. “Quise pertenecer al mundo de los reinados, pero me di cuenta que las coronas fueron esquivas conmigo, por tal razón me aparte de los festivales a temprana edad para dedicarme al trabajo y al estudio.” Asegura que no se pierde un solo detalle de los reinados y siente que su corazón se desgarra por las pasarelas, pero descarta su participación en cualquier evento cultural. Actualmente cursa séptimo semestre de administración de empresas en la Universidad Cooperativa de Colombia y aspira servirle a la gente de su pueblo una vez obtenga el titulo de profesional. Hasta hace poco trabajó en la secretaría de la Asamblea del Departamento de Arauca donde encontró la mejor manera de acercarse a las comunidades y descubrir numerosos problemas. “tengo la facilidad de escuchar con atención y eso es un punto valioso para una buena comunicación.” Asegura. Aunque no tiene definido el panorama político, dice que el tema no le disgusta porque es un escenario preciso para ayudar a las personas cuando se trabaja con amor y sentido de pertenencia. “pienso que la vocación de servicio es primordial para tejer una cadena ayuda en beneficio de una comunidad, y es algo que fluye fácil en mi.” Por su inigualable belleza causa sensación entre los araucanos y a diario recibe cientos de miradas, elogios y piropos de sus admiradores. Sus ojos negros velados por unas oscuras pestañas irradian la ternura en su rostro que perfila una deslumbrante sonrisa, armonizada por una delineada encejadura y una encendida cabellera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario